JULIO CESAR: EL EMPERADOR
Cayo Julio César (latín: Gaius Iulius Caesar) (Roma, Italia, 12/13 de julio de 100 a. C. - ibídem, 15 de marzo de 44 a. C.) fue un líder militar y político de la era tardorrepublicana.
Nacido en el seno de la gens Julia, en una familia patricia de escasa fortuna, estuvo emparentado con algunos de los hombres más influyentes de su época, como su tío Cayo Mario, quien influiría de manera determinante en su carrera política. En 84 a. C., a los 16 años, el popular Cinna lo nombró flamen dialis, cargo religioso del que fue relevado por Sila,
con quien tuvo conflictos a causa de su matrimonio con la hija de
Cinna. Tras escapar de morir a manos de los sicarios del dictador, fue
perdonado gracias a la intercesión de los parientes de su madre.Trasladado a Asia, combatió en Mitilene como legatus de Marco Minucio Termo. Volvió a Roma a la muerte de Sila en 78 a. C., ejerciendo por un tiempo la abogacía. En 73 a. C. sucedió a su tío Gayo Aurelio Cota como pontífice, y pronto entró en relación con los cónsules Pompeyo y Craso, cuya amistad le permitiría lanzar su propia carrera política. En 70 a. C. César sirvió como cuestor en la provincia de Hispania y como edil curul en Roma. Durante el desempeño de esa magistratura ofreció unos espectáculos que fueron recordados durante mucho tiempo por el pueblo.
En 63 a. C. fue elegido praetor urbanus al obtener más votos que el resto de candidatos a la pretura. Ese mismo año murió Quinto Cecilio Metelo Pío, Pontifex Maximus
designado durante la dictadura de Sila, y, en las elecciones celebradas
para sustituirle, venció César. Al término de su pretura sirvió como propretor en Hispania, donde capitaneó una breve campaña contra los lusitanos. En 59 a. C. fue elegido cónsul gracias al apoyo de sus dos aliados políticos, Pompeyo y Craso, los hombres con los que César formó el llamado Primer Triunvirato. Su colega durante el consulado, Bíbulo,
se retiró a fin de entorpecer la labor de César que, sin embargo, logró
sacar adelante una serie de medidas legales, entre las que destaca una
ley agraria que regulaba el reparto de tierras entre los soldados
veteranos.
Tras su consulado fue designado procónsul de las provincias de Galia Transalpina, Iliria y Galia Cisalpina, esta última tras la muerte de su gobernador, Céler. Su gobierno se caracterizó por una política muy agresiva con la que sometió a prácticamente la totalidad de los pueblos celtas en varias campañas. Este conflicto, conocido como la Guerra de las Galias, finalizó cuando el general republicano venció en la Batalla de Alesia a los últimos focos de oposición, encabezados por un jefe arverno llamado Vercingétorix. Sus conquistas extendieron el dominio romano sobre los territorios que hoy integran Francia, Bélgica, Holanda y parte de Alemania. Fue el primer general romano en penetrar en los inexplorados territorios de Britania y Germania.
Mientras César terminaba de organizar la estructura administrativa de
la nueva provincia que había anexionado a la República, sus enemigos
políticos trataban en Roma de despojarle de su ejército y cargo
utilizando el Senado,
en el que eran mayoría. César, a sabiendas de que si entraba en la
capital sería juzgado y exiliado, intentó presentarse al consulado in absentia,
a lo que la mayoría de los senadores se negaron. Este y otros factores
le impulsaron a desafiar las órdenes senatoriales y protagonizar el
famoso cruce del Rubicón, donde al parecer pronunció la inmortal frase «Alea iacta est» (la suerte está echada), iniciando así un conflicto conocido como la Segunda Guerra Civil de la República de Roma, en el que se enfrentó a los optimates, que estaban liderados por su viejo aliado, Pompeyo. Sus victorias en las batallas de Farsalia, Tapso y Munda
sobre los conservadores, le hicieron el amo de la República. El hecho
de que estuviera en guerra con la mitad del mundo romano no evitó que se
enfrentara a Farnaces II en Zela y a los enemigos de Cleopatra VII en Alejandría. A su regreso a Roma se hizo nombrar cónsul y dictator perpetuus —dictador vitalicio—, e inició una serie de reformas económicas, urbanísticas y administrativas.
A pesar de que bajo su gobierno la República experimentó un breve
periodo de gran prosperidad, algunos senadores vieron a César como un tirano que ambicionaba restaurar la monarquía.
Con el objetivo de eliminar la amenaza que suponía el dictador, un
grupo de senadores formado por algunos de sus hombres de confianza como Bruto y Casio y antiguos lugartenientes como Trebonio y Décimo Bruto urdieron una conspiración con el fin de eliminarlo. Dicho complot culminó cuando, en los idus de marzo,
los conspiradores asesinaron a César en el Senado. Su muerte provocó el
estallido de otra guerra civil, en la que los partidarios del régimen
de César, Antonio, Octavio y Lépido, derrotaron en la doble Batalla de Filipos a sus asesinos, liderados por Bruto y Casio. Al término del conflicto, Octavio, Antonio y Lépido formaron el Segundo Triunvirato y se repartieron los territorios de la República, aunque, una vez apartado Lépido, finalmente volverían a enfrentarse en Accio, donde Octavio, heredero de César, venció a Marco Antonio.
Al margen de su carrera política y militar, César destacó como orador y escritor. Redactó, al menos, un tratado de astronomía, otro acerca de la religión republicana romana y un estudio sobre el latín, ninguno de los cuales ha sobrevivido hasta nuestros días. Las únicas obras que se conservan son sus Comentarios de la Guerra de las Galias y sus Comentarios de la Guerra Civil.
Se conoce el desarrollo de su carrera como militar y gran parte de su
vida a través de sus propias obras y de los escritos de autores como Suetonio, Plutarco, Veleyo Patérculo o Eutropio.
dimecres, 29 d’abril del 2015
El Imperio Romano
EL IMPERIO ROMANO
Fue una etapa de la civilización romana en la Antigüedad clásica, posterior a la República romana y caracterizada por una forma de gobierno autocrática. El nacimiento del Imperio viene precedido por la expansión de su capital, Roma, que extendió su control en torno al mar Mediterráneo. Bajo la etapa imperial los dominios de Roma siguieron aumentando hasta llegar a su máxima extensión durante el reinado de Trajano, momento en que abarcaba desde el océano Atlántico al oeste hasta las orillas del mar Caspio, el mar Rojo y el golfo Pérsico al este, y desde el desierto del Sahara al sur hasta las tierras boscosas a orillas de los ríos Rin y Danubio y la frontera con Caledonia al norte. Su superficie máxima estimada sería de unos 6,5 millones de km².
Los dominios de Roma se hicieron tan extensos que pronto fueron difícilmente gobernables por un Senado incapaz de moverse de la capital ni de tomar decisiones con rapidez. Asimismo, un ejército creciente reveló la importancia que tenía poseer la autoridad sobre las tropas para obtener réditos políticos. Así fue como surgieron personajes ambiciosos cuyo objetivo principal era el poder. Este fue el caso de Julio César, quien no solo amplió los dominios de Roma conquistando la Galia, sino que desafió la autoridad del Senado romano.
El Imperio romano como sistema político surgió tras las guerras civiles que siguieron a la muerte de Julio César, en los momentos finales de la República romana. Tras la guerra civil que lo enfrentó a Pompeyo y al Senado, César se había erigido en mandatario absoluto de Roma y se había hecho nombrar Dictator perpetuus (dictador vitalicio). Tal osadía no agradó a los miembros más conservadores del Senado romano, que conspiraron contra él y lo asesinaron durante los Idus de marzo dentro del propio Senado, lo que suponía el restablecimiento de la República, cuyo retorno, sin embargo, sería efímero. El precedente no pasó desapercibido para el joven hijo adoptivo de César, Octavio, quien se convirtió años más tarde en el primer emperador de Roma, tras derrotar en el campo de batalla, primero a los asesinos de César, y más tarde a su antiguo aliado, Marco Antonio, unido a la reina Cleopatra VII de Egipto en una ambiciosa alianza para conquistar Roma.
A su regreso triunfal de Egipto, convertido desde ese momento en provincia romana, la implantación del sistema político imperial sobre los dominios de Roma deviene imparable, aún manteniendo las formas republicanas. Augusto aseguró el poder imperial con importantes reformas y una unidad política y cultura centrada en los países mediterráneos, que mantendrían su vigencia hasta la llegada de Diocleciano, quien trató de salvar un Imperio que caía hacia el abismo. Fue éste último quien, por primera vez, dividió el vasto Imperio para facilitar su gestión. El Imperio se volvió a unir y a separar en diversas ocasiones siguiendo el ritmo de guerras civiles, usurpadores y repartos entre herederos al trono hasta que, a la muerte de Teodosio I el Grande en el año 395, quedó definitivamente dividido.
Finalmente en 476 el hérulo Odoacro depuso al último emperador de Occidente, Rómulo Augústulo. El Senado envió las insignias imperiales a Constantinopla, la capital de Oriente, formalizándose así la capitulación del Imperio de Occidente. El Imperio oriental proseguiría casi un milenio en pie, hasta que en 1453 Constantinopla cayó bajo el poder otomano.
El legado de Roma fue inmenso; tanto es así que varios fueron los intentos de restauración del Imperio, al menos en su denominación. Destaca el intento de Justiniano I, por medio de sus generales Narsés y Belisario, el de Carlomagno así como el del propio Sacro Imperio Romano Germánico, pero ninguno llegó jamás a reunificar todos los territorios del Mediterráneo como una vez lograra la Roma de tiempos clásicos.
Con el colapso del Imperio romano de Occidente finaliza oficialmente la Edad Antigua dando inicio la Edad Media.
Fue una etapa de la civilización romana en la Antigüedad clásica, posterior a la República romana y caracterizada por una forma de gobierno autocrática. El nacimiento del Imperio viene precedido por la expansión de su capital, Roma, que extendió su control en torno al mar Mediterráneo. Bajo la etapa imperial los dominios de Roma siguieron aumentando hasta llegar a su máxima extensión durante el reinado de Trajano, momento en que abarcaba desde el océano Atlántico al oeste hasta las orillas del mar Caspio, el mar Rojo y el golfo Pérsico al este, y desde el desierto del Sahara al sur hasta las tierras boscosas a orillas de los ríos Rin y Danubio y la frontera con Caledonia al norte. Su superficie máxima estimada sería de unos 6,5 millones de km².
El término es la traducción de la expresión latina, que significa literalmente «El dominio de los romanos». Polibio
fue uno de los primeros hombres en documentar la expansión de Roma aún
como República. Durante los casi tres siglos anteriores al gobierno del
primer emperador, César Augusto,
Roma había adquirido mediante numerosos conflictos bélicos grandes
extensiones de territorio que fueron divididos en provincias gobernadas
directamente por propretores y procónsules, elegidos anualmente por
sorteo entre los senadores que habían sido pretores o cónsules el año
anterior.
Durante la etapa republicana de Roma su principal competidora fue la ciudad púnica de Cartago,
cuya expansión por la cuenca sur y oeste del Mediterráneo occidental
rivalizaba con la de Roma y que tras las tres guerras púnicas se
convirtió en la primera gran víctima de la República. Las guerras púnicas
llevaron a Roma a salir de sus fronteras naturales en la península
itálica y a adquirir poco a poco nuevos dominios que debía administrar,
como Sicilia, Cerdeña, Córcega, Hispania, Iliria, etc.Los dominios de Roma se hicieron tan extensos que pronto fueron difícilmente gobernables por un Senado incapaz de moverse de la capital ni de tomar decisiones con rapidez. Asimismo, un ejército creciente reveló la importancia que tenía poseer la autoridad sobre las tropas para obtener réditos políticos. Así fue como surgieron personajes ambiciosos cuyo objetivo principal era el poder. Este fue el caso de Julio César, quien no solo amplió los dominios de Roma conquistando la Galia, sino que desafió la autoridad del Senado romano.
El Imperio romano como sistema político surgió tras las guerras civiles que siguieron a la muerte de Julio César, en los momentos finales de la República romana. Tras la guerra civil que lo enfrentó a Pompeyo y al Senado, César se había erigido en mandatario absoluto de Roma y se había hecho nombrar Dictator perpetuus (dictador vitalicio). Tal osadía no agradó a los miembros más conservadores del Senado romano, que conspiraron contra él y lo asesinaron durante los Idus de marzo dentro del propio Senado, lo que suponía el restablecimiento de la República, cuyo retorno, sin embargo, sería efímero. El precedente no pasó desapercibido para el joven hijo adoptivo de César, Octavio, quien se convirtió años más tarde en el primer emperador de Roma, tras derrotar en el campo de batalla, primero a los asesinos de César, y más tarde a su antiguo aliado, Marco Antonio, unido a la reina Cleopatra VII de Egipto en una ambiciosa alianza para conquistar Roma.
A su regreso triunfal de Egipto, convertido desde ese momento en provincia romana, la implantación del sistema político imperial sobre los dominios de Roma deviene imparable, aún manteniendo las formas republicanas. Augusto aseguró el poder imperial con importantes reformas y una unidad política y cultura centrada en los países mediterráneos, que mantendrían su vigencia hasta la llegada de Diocleciano, quien trató de salvar un Imperio que caía hacia el abismo. Fue éste último quien, por primera vez, dividió el vasto Imperio para facilitar su gestión. El Imperio se volvió a unir y a separar en diversas ocasiones siguiendo el ritmo de guerras civiles, usurpadores y repartos entre herederos al trono hasta que, a la muerte de Teodosio I el Grande en el año 395, quedó definitivamente dividido.
Finalmente en 476 el hérulo Odoacro depuso al último emperador de Occidente, Rómulo Augústulo. El Senado envió las insignias imperiales a Constantinopla, la capital de Oriente, formalizándose así la capitulación del Imperio de Occidente. El Imperio oriental proseguiría casi un milenio en pie, hasta que en 1453 Constantinopla cayó bajo el poder otomano.
El legado de Roma fue inmenso; tanto es así que varios fueron los intentos de restauración del Imperio, al menos en su denominación. Destaca el intento de Justiniano I, por medio de sus generales Narsés y Belisario, el de Carlomagno así como el del propio Sacro Imperio Romano Germánico, pero ninguno llegó jamás a reunificar todos los territorios del Mediterráneo como una vez lograra la Roma de tiempos clásicos.
Con el colapso del Imperio romano de Occidente finaliza oficialmente la Edad Antigua dando inicio la Edad Media.
dimecres, 22 d’abril del 2015
Vestimenta y Armamento
VESTIMENTA Y ARMAMENTO DEL EJERCITO ROMANO
1. El hasta
El pilum entró pronto
como arma mortífera en la infantería romana. Unos le dan procedencia sabina, otros
etrusca o sanmnita. Su diferencia del hasta propiamente dicha, en que ésta es ante
todo una vara puntiaguda en la cual se fija una punta en forma de hoja; en el pilum lo mas importante de todo en esa epoca era el hierro, ya sea redondo, hexagonal o cuadrangular, y el mango se
hunde en la longitud del hierro. Es un arma esencialmente arrojadiza.
1. El hasta
El hasta era el arma nacional de todos los
latinos. Llamada en sabino curis, como dice Paulo Festo: "En sabino el asta
se dice Curis. Por tanto, a Rómulo que iba siempre armado de hasta se le llamó Quirino,
y por él se llamaron los romanos Quirites". De donde Quirites significaría los
hastati, o portadores de esta hasta.
En un principio el hasta de los latinos estaba
desprovista de metal, era un venablo endurecido al fuego. El hasta ferrata fue
introducida por Servio Tulio, que la puso en manos de las tres primeras clases.
Las cualidades de toda buena hasta son
longitud, solidez y ligereza. Se han puntas de lanza antiguas en bronce y hierro. Su
tamaño medio es de 25 a 30 cms. En tiempo de Servio siguen la lanza y venablo, pero a las
armas arrojadizas se les añade el ammentum o amentun, una correa para lanzarlos con mayor
fuerza y a mayor distancia.
2. El Pilum
El pilum no figura entre las primeras armas
de la falange de Servio, pero ya se usa en Roma hacia el año 494 a.C. y por los etruscos
en el 484. En el 477 la pone también Dionisio de Halicarnaso en manos del ejército
romano.
Según Polibio cada soldado lleva dos pila, el uno
pesado y el otro ligero. Podía usarse como lanza excepcionalmente. Con él se pretendía
traspasar e inutilizar el escudo del enemigo.
Mario (107 a.C.) introduce
algunas modificaciones en el pilum para que rompiéndose al primer golpe, no pudieran ser
devueltos por el enemigo contra los legionarios.
3.La falarica
La falarica era una lanza de madera cuya punta era
de metal de unos 90 cm de longitud y de sección cuadrada como el pilum. La punta se
cubría con estopa y pez u otro tipo de sustancia combustible. Se prendía la falarica y
se lanzaba. principalmente esto tenía dos objetivos. En primer lugar, si se lanzaba sobre
enemigos hacía que tuviera que desprenderse la armadura, ya que era de cuero y metal y se
encendía. Si era parada con escudo, que generalmente eran de cuero y madera, aún cuando
tuvieran metal, lo que obligaba al atacado también a desprenderse de él. De este modo,
además del efecto psicológico que tenía el fuego, el atacado quedaba indefenso. En
segundo lugar, también se arrojaban encendidas sobre máquinas de asedio y barcos, que
eran de madera.
4.El gladius
La espada es una de las primeras armas con la
que se equipa el soldado romano, aunque en los enterramientos se hallan menos que
puntas de lanza.
Actualmente se consideran cuatro tipos, o variantes,
base de gladius. La gladius Hispaniensis -la más antigua y heredera directa de las
portadas por los Celtíberos-; la gladius Mainz -Maguncia- sucesora de la
primera; la gladius Fulham y la gladius Pompeii. Los nombres, o si así lo prefieren
denominaciones, de cada variante de la espada, por cuestiones obvias, no son idénticos a
los utilizados por los Romanos en su tiempo, salvo el de Hispaniensis.
Cada tipo de gladius fue nombrado en base al lugar
geográfico donde ha sido hallada, arqueológicamente, la primer pieza de dicha
variante.
Los romanos descubrieron esta espada en el siglo 3 AC, en pleno
calor de la Guerra Púnica, cuando las tropas de mercenarios de la Hispania, comandados
por Aníbal, lograron hacer tales estragos en las filas Romanas que varios legionarios se
negaban a continuar luchando. Esta espada presentaba un tipo de combate totalmente
diferente al visto hasta el momento. Era ideal para formaciones compactas y cerradas de
ataque frontal -algo que a los Romanos les agradaba en exceso-. Su utilización
no sólo era eficiente en el ataque de penetración y perforación, ataque para el que
esta espada fue creada, sino que también era una excelente espada de corte cuyo doble
filo daba una ventaja sin igual. Estas y otras razones fueron más que suficientes para
que los ejércitos de la Urbe las adoptaran sin dudarlo.
5.Cascos
Los cascos protectores de la cabeza debieron
ser en todos los pueblos de piel fresca, o de cuero, antes que de metal. Así sucedió
naturalmente en el ejército romano y fue conocido con el nombre de Galea. El casco de
cuero, en diversas formas, aparece en los sepulcros antiguos, pero sin duda fueron
empleados por guerreros débiles económicamente, porque los cascos de metal se conocían
en Italia antes de la fundación de Roma.
Una de las reformas de Camilo fue
sustituir la cofia de fieltro o de piel por cascos metálicos. Todos los modelos iban
acolchados por dentro, y tenían una correa que pasaba a través de una anilla sujeta a la
aleta posterior, y llegaba hasta las aletas laterales donde se ataban bajo la barbilla. A
finales del siglo I d.C. comienzan a aparecen algunos cascos con dos refuerzos de acero en
forma de cruz como medida de protección contra las armas de los dacios (uno de lado a
lado y otro de delate a atrás), este añadido en los primeros modelos es de manufactura
tosca, pero posteriormente forma parte de la fabricación original.
Los centuriones llevaban en sus cascos unas crestas
transversales (de oreja a oreja), sin embargo, no esta claro que los legionarios llevasen
crestas, salvo tal vez en ocasiones especiales. Hay cuatro grupos de cascos:Montefortino ,Coolus ,
Gálicos-imperiales , Itálicos-imperiales.
Gálicos-imperiales , Itálicos-imperiales.
6.Lorica, Coraza
Es posible que los
primeros romanos ya combatieran con pectorales y espalderas de cuero, pero tampoco es
inverosímil que como otros pueblos en un primer momento sólo usaran la protección del
gran escudo..
La coraza propiamente dicha, fue
precedida en muchos pueblos de una cota de tela o de cuero, reforzada con planchas
metálicas, que luego se convirtieron en la coraza de escamas. En toda la Italia central,
y particularmente en Roma, los soldados protegieron su pecho muy pronto con un pectoral de
bronce, que presentaba diversas formas.
La cota de mallas no debió usarse
en la primera época romana,. La coraza lo mismo que el caso y el escudo, sufre una
transformación hacia mitad del siglo VI, es decir la época de Servio Tulio. El pectoral
primitivo continúa usándose como coraza en la falange serviana, al paso que que los de
la primera llevaban coraza de dos piezas, como los hoplitas griegos.
Es posible que en el siglo V
también se usen las corazas de escamas entre los soldados ricos. Quizás aparezca
también en este mismo siglo la coraza de bandas, prototipo de la lorica segmentata
del tiempo del Imperio. La coraza en bandas tenía adheridas al pectoral y al espaldar
correas de cueros reforzadas con placas metálicas rectangulares.
Esta coraza la lorica segmentata
que tenemos representada se compone de tres partes principales, la primera protege lo alto
del busto y consta de un peto y una espaldera, la segunda desde las axilas hasta la
cintura está formada por cinco o seis bandas unidas por hevilas, y la tercera de tres de
tres o cuatro bandas formando las hombres. Tods las piezas que cubren eltorso están
articuladas por detrás y se abrochan por delante.
7.El Escudo
Otra arma
defensiva era el escudo. En los tiempos primitivos, según Diodoro el escudo de los
romanos era rectangular, pero en su mayor parte eran oblongos u ovalados, de madera o
mimbre, recubierto de piel y con un saliente de hierro en el centro.
El Clipeus era redondo, de bronce.
Debió de entrar en el Lacio a finales del siglo VIII. El nombre indica su procedencia
griega. Podía ser de madera o de mimbre. El valor íntrinseco del bronce y sobre ello el
trabajo esmerado que se ponía en su confección, hacía del clipeus un arma de
coste muy elevado, por lo cual no lo usaban más que los soldados ricos,
Los caballeros, que siguen luchando
como hoplitas, llevan su escudo redondo de bronce, llamado parma, cuando se
organiza del todo la caballería, y los jinetes no combaten más que a caballo, la parma
será de cuero, menos ovalado que el escudo de la infantería y protegido también con su
umbo. Los infantes de la segunda, tercera y probablemente también los de la cuarta clase
llevan el escudo ovalado, quizás sin cambio de la forma anterior. Según Tito Livio hacia el año 406
desaparece de la infantería romana el clipeus de bronce y toda la legión se proteje con
el escudo. la infantería pesada dejó el clipeus y tomó el escudo ovalado (scuta pro
clipeis fecere). Estos escudos eran convexos, hechos de madera cubierta de una tela
fuerte, y sobre ello cuero de buey.
En época imperial persiste en las legiones el
escudo ovalado de hace ochocientos años, pero con modificaciones. Ha perdido la
convexidad y disminuye en sus dimensiones, no supera los 80 cm de longitud, reduciendo
también proporcionalmente su anchura. El umbón suele ser esférico, la empuñadura ha
quedado sustituida por dos correas, la un para el brazo la otra para la mano.
Al comienzo del imperio aparece en el ejército
romano el escudo hexagonal. durante algún tiempo fue reservado a al caballería, del que
lo tomara la infantería, al parecer bajo Septimio Severo, por ser plano Tal y como vemos en esta representación
puede quedar más clara la evolución de los diferentes escudos y corazas de los soldados
romanos, donde podemos observar los diferentes tipos de escudo y los diferentes tipos de
coraza de los legionarios romanos.La Historia De La Estructura Del Ejercito Romano
LA HISTORIA DE LA ESTRUCTURA DEL EJERCITO ROMANO
Desde sus orígenes alrededor del año 800 a. C. hasta el hundimiento del Imperio romano de Occidente en 476 d. C., la estructura militar de Roma atravesó una serie de cambios estructurales de gran envergadura. A grandes rasgos, las armas romanas se dividían en ejército y armada, si bien estas dos ramas estaban menos diferenciadas que en los ejércitos nacionales actuales. A su vez, en estas dos ramas los cambios estructurales fueron ocurriendo como resultado de una reforma militar con visión de futuro, así como de una evolución estructural orgánica.
Después de un periodo protohistórico del cual no existe información escrita, la estructura del ejército romano puede generalizarse a través de una serie de fases históricas. Inicialmente, el ejército romano consistía en unas levas anuales de ciudadanos que prestaban el servicio militar como parte de sus deberes para con el Estado. Durante este periodo el ejército romano se enfrentó principalmente a adversarios locales en campañas estacionales.
A medida que los territorios controlados por Roma se iban expandiendo, y a medida que el tamaño de las ciudades se incrementaba, los ejércitos de la antigua Roma fueron poco a poco profesionalizándose, asalariando a sus soldados. Como consecuencia, los servicios militares de los niveles más bajos de la sociedad se fueron haciendo cada vez a más largo plazo. Las unidades militares de ese periodo eran muy homogéneas y estaban muy reguladas. El ejército consistía en unidades de infantería romana conocida como legiones, así como tropas aliadas formadas por ciudadanos no romanos conocidas como tropas auxiliares (auxilia). Esta última se solía llamar para que proveyese al ejército de infantería ligera o de caballería, formando las legiones el núcleo de infantería pesada.
En la tercera fase del desarrollo militar de Roma, las fuerzas estaban encargadas de mantener y asegurar las fronteras de las provincias bajo control romano, así como de la propia Italia. Las amenazas estratégicas de la época eran en general menos serias en este periodo, y el énfasis se puso en la preservación del territorio ganado. El ejército fue evolucionando a la nueva situación y se volvió más dependiente de las guarniciones estables, y menos en los campamentos itinerantes y las operaciones de campo continuas.
Desde sus orígenes alrededor del año 800 a. C. hasta el hundimiento del Imperio romano de Occidente en 476 d. C., la estructura militar de Roma atravesó una serie de cambios estructurales de gran envergadura. A grandes rasgos, las armas romanas se dividían en ejército y armada, si bien estas dos ramas estaban menos diferenciadas que en los ejércitos nacionales actuales. A su vez, en estas dos ramas los cambios estructurales fueron ocurriendo como resultado de una reforma militar con visión de futuro, así como de una evolución estructural orgánica.
Después de un periodo protohistórico del cual no existe información escrita, la estructura del ejército romano puede generalizarse a través de una serie de fases históricas. Inicialmente, el ejército romano consistía en unas levas anuales de ciudadanos que prestaban el servicio militar como parte de sus deberes para con el Estado. Durante este periodo el ejército romano se enfrentó principalmente a adversarios locales en campañas estacionales.
A medida que los territorios controlados por Roma se iban expandiendo, y a medida que el tamaño de las ciudades se incrementaba, los ejércitos de la antigua Roma fueron poco a poco profesionalizándose, asalariando a sus soldados. Como consecuencia, los servicios militares de los niveles más bajos de la sociedad se fueron haciendo cada vez a más largo plazo. Las unidades militares de ese periodo eran muy homogéneas y estaban muy reguladas. El ejército consistía en unidades de infantería romana conocida como legiones, así como tropas aliadas formadas por ciudadanos no romanos conocidas como tropas auxiliares (auxilia). Esta última se solía llamar para que proveyese al ejército de infantería ligera o de caballería, formando las legiones el núcleo de infantería pesada.
En la tercera fase del desarrollo militar de Roma, las fuerzas estaban encargadas de mantener y asegurar las fronteras de las provincias bajo control romano, así como de la propia Italia. Las amenazas estratégicas de la época eran en general menos serias en este periodo, y el énfasis se puso en la preservación del territorio ganado. El ejército fue evolucionando a la nueva situación y se volvió más dependiente de las guarniciones estables, y menos en los campamentos itinerantes y las operaciones de campo continuas.
En la fase final del ejército romano, el servicio militar continuó
siendo asalariado y profesional para las tropas regulares. Sin embargo,
la tendencia a emplear a aliados o a tropas mercenarias se expandió
hasta el punto de que éstas acabaron representando una proporción muy
sustancial de las fuerzas de Roma. Al mismo tiempo, la uniformidad de la
estructura que presentaba el ejército romano en épocas anteriores
desapareció: los soldados de la época variaban desde arqueros
montados y muy poco armados a la infantería pesada, en regimientos de
muy variable tamaño y calidad. Esto fue acompañado de una importancia
cada vez mayor de la caballería frente a la infantería, así como una
recuperación de la importancia de la movilidad.
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